
Giremos un rostro 360 grados y se quedará sin identidad. El caso de estas inquietantes esculturas del artista italiano Gianluca Traina son un caso extremo de metamorfosis en las que las figuras pierden hasta el género.
La serie, titulada « retrato 360» utiliza una combinación de trabajo en 2D y 3D para realizar esculturas que son difíciles de identificar claramente. Cuando se experimenta con las formas, dice el artista, se pueden llegar a borrar todos los rastros del individuo.
En el mundo de la cirujía vemos todos los días transformaciones que podrían ser una analogía de este ensayo artístico. Operaciones que más que correcciones estéticas parecen transformaciones de 360º. Se implantan caras anónimas en rostros muy reconocibles, se sustituyen caras expresivas y humanas por máscaras rígidas y robóticas.