El rostro humano está equipado con una estructura física compleja y tiene más de 100 músculos situados entre la superficie de la piel y el cráneo. Ellos son los que nos permiten controlar el más mínimo movimiento muscular, generando miles de expresiones faciales.
En este humanoide son los servomotores los que accionan la piel. El resultado es increíble y eso que en contraste con los músculos humanos, los servos sólo producen contracciones lineales.
Las expresiones del robot se inspiran en seis expresiones básicas (identificadas por los investigadores del Centro de Investigación Enrico Piaggo de la Universidad de Pisa en colaboración con psicólogos de la Escuela Normal Superior de París ): ira, repugnancia, miedo, felicidad, tristeza y sorpresa.
Este vídeo muestra el robot durante un examen preliminar, donde se probaron las expresiones faciales básicas y se calibró el algoritmo de seguimiento del rostro.
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