
En el libro de Dickens, el Espíritu de las Navidades Pasadas le mostró a Scrooge su niñez en el internado; una niñez un tanto traumática. La de muchos de nosotros, la que ya tenemos una cierta edad, quizás no fuese para tanto. Por eso no está de más recordar aquellos años 80 en la que una generación muy, muy numerosa aún eramos niños.
Los regalos de aquellos años pueden ser ahora nuestro Espíritu de las Navidades Pasadas; un espíritu que, pasados los años, nos aclara varias circunstancias: como que los catálogos de Navidad estadounidenses (que figuran a continuación) se parecen sospechosamente a los regalos idealizados por los españoles. Fueron regalos que marcaron tendencia y una pauta perdurable. Si a muchos de ellos les quitamos su aspecto «analógico», nos daremos cuenta que treinta años después no han cambiado tanto (más bien nada) ni nuestras aficiones ni nuestros deseos.