Los nuevos smatphones no son otra cosa que pequeñas tabletas -sus dueños no quieren admitirlo. En los últimos meses se ha vuelto artificial la distinción entre los teléfonos y las pantallas táctiles con conexión inalámbrica a internet.
En realidad un teléfono es un dispositivo que permite la comunicación remota gracias a la conversión de ondas sonoras en señales transmisibles. Durante los últimos 100 años los teléfonos no habían cambiado mucho en este aspecto. Con los teléfonos celulares empezó el cambio, ya no dependíamos de una línea fija, pero aún usábamos aparatos que transmitían voces, no datos ni archivos. Con los smartphones de pantalla táctil todo cambió. En USA más del 50% de los hogares ya no tienen línea fija.
Con los smartphones – y más con la implantación del 4 G – intercambiamos ya más datos que voces. La velocidad de la conexión inalámbrica es a la vez la culpable de que los smartphones sean cada vez más grandes. Con este tipo de conexiones se necesitan baterías mayores y apenas caben ya en un bolsillo delantero, algunos ya no caben en uno trasero.
¿Se trata de una tableta? Sí. Se parecen a tabletas y actúan como tabletas. La voz ya no se transmite por una conversión de ondas, sino en paquetes de datos como el resto del tráfico de internet.
¿Y por qué necesitamos todavía planes de voz? En cualquier tableta decente puedes enviar y recibir llamadas con Skype, se pueden enviar mensajes de texto por WhatsApp. En USA pueden hacer la portabilidad del móvil a Google Voice por unos 20 dólares y seguir llamando y enviando mensajes de texto desde el número de siempre.
Un plan de datos de 4 GB con plan de voz supera los 30 € al mes. Pues quiero un teléfono con plan de datos únicamente. Lo siento, no puedes, de momento.
Quizás estemos a la puerta de una guerra comercial de las operadoras. Quizás podamos decir en breve: no, yo ya no tengo teléfono. Tengo… no sé como llamarlo, tableta, dispositivo táctil, prótesis digital…
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